martes, 16 de octubre de 2018

Fake news: información distorsionada

Es innegable el avance tecnológico en nuestro tiempo, pues Internet permite que la información se comparta en segundos alrededor del mundo. Lo malo es que en este medio, al igual que en otros, no se hace ninguna diferencia entre mentiras, verdades y todo lo que se encuentra entre ambas.

Es por ello que ahora se está proliferando el término fake news (noticias falsas) que se generan y propagan deliberadamente para inducir al error, manipular las decisiones de las personas, obtener ganancias económicas y rédito político.
También son empleadas para desprestigiar o enaltecer a una institución, entidad o persona.

Paul Joseph Goebbels, ministro de Propaganda del Tercer Reich, definió a la perfección el objetivo de las fake news: “Una mentira repetida mil veces se terminará convirtiendo en verdad”.

Las noticias falsas se relacionan directamente con la propaganda y la posverdad.

Así, la posverdad se refiere a un nuevo contexto social y político. Un entorno en el que a nadie le importa ya si algo es verdadero o falso.

Al presentar hechos falsos como si fueran totalmente reales, las fake news están consideradas como una amenaza muy grave a la credibilidad de los medios de comunicación serios y los periodistas profesionales.

Las  fake news pueden causar un efecto negativo en la sociedad, ya que pueden darse como ciertas y causar confusión, pánico, indignación en la población.

Actualmente en nuestro país está ocurriendo un fenómeno de fake news para manipular a la opinión pública mediante un esfuerzo bien planificado y articulado entre algunos medios, políticos y redes con sus trolls.

Por ejemplo, dentro de la campaña electoral del 2016, en la segunda vuelta entre Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski, en Facebook aparecían comentarios profujimoristas debajo de las noticias que publicaban los medios de comunicación. A esas personas se les denominó fujitrolls, pues eran contratados para apoyar a Keiko Fujimori en redes sociales. Se notaba que imponían sus ideas por encima de lo que opinaban otros ciudadanos.

De otro lado, según el director del diario "El País", Antonio Caño, las fake news “van dirigidas a un público que quiere creerse esa desinformación para sentirse más cómoda con sus prejuicios”. Asímismo, el director de comunicaciones del parlamento europeo, Jaime Duch, advirtió que es un “fenómeno tóxico con consecuencias imprevisibles”.

Este término apareció en todo el mundo durante las elecciones de los Estados Unidos en 2016, cuando las secciones de noticias de Facebook y Google se vieron repletas de fake news durante las campañas de  Hillary Clinton y Donald Trump.

Una de las más recordadas fake news fue el supuesto apoyo del Papa Francisco a Donald Trump. Incluso un adolescente de Macedonia llegó a ganar US$60 mil por crear y compartir este artículo.

Sobre el tema, durante la época electoral, según el especialista en Comunicación Digital, Valery Bazán, del  70% a 80% por ciento de información que circula en las redes sociales pueden ser fake news.

Según el comunicador, en este contexto político, se elaboró mucho contenido falso. Por eso, recomendó a los periodistas alertar a las personas para no dejarse llevar por la emocional sino a dudar de las informaciones que, muchas veces, es malintencionada.

El efecto más inmediato y negativo es que la manipulación de la opinión pública erosiona profundamente la democracia mediante la degradación del clima y del debate político.

Verificando  los hechos

Para contrarrestar las noticias falsas, la ciudadanía debe consultar varias fuentes, sobre todo respecto a aquellas informaciones que son muy buenas, muy malas o muy extrañas.

Para ello, podemos utilizar las siguientes medidas:

1. Desconfiar de los titulares: Por lo general las noticias falsas tienen titulares llamativos en mayúsculas y con signos de exclamación. Si el titular contiene afirmaciones impactantes que resultan inverosímiles, lo más probable es que el contenido sea falso.

2. Examinar la URL: Una dirección de Internet falsa o que copia una real puede indicarnos que estamos ante una noticia falsa. Muchos de los sitios web que difunden noticias falsas imitan fuentes de noticias auténticas haciendo pequeños cambios en la URL. Podemos visitar el sitio web para comparar su URL con la de las fuentes oficiales.

3. Investigar la fuente de la noticia: Ver que la historia provenga de una fuente de confianza y que tenga buena reputación por su veracidad. Si la historia procede de una organización desconocida, se debe consultar la sección informativa de su sitio web para conocer más detalles de la organización.

4. Prestar atención al formato: Muchos sitios que propagan noticias falsas tienen faltas de ortografía o un diseño poco profesional.

5. Estudiar con atención las imágenes: Las noticias falsas suelen contener imágenes o vídeos manipulados para intentar pasar por verídicas. En ocasiones, una imagen puede ser auténtica, pero sacada de contexto. Se puede buscar la imagen en Internet para corroborar su procedencia.

6. Revisar las fechas: Las noticias falsas pueden tener una cronología sin sentido o incluir fechas que han sido alteradas.

7. Verificar los hechos: Verificar las fuentes del autor para confirmar que son exactas. Si no se aportan pruebas o se señala a expertos cuyas señas de identidad no se mencionan, es posible que la noticia sea falsa.

8. Consultar otras fuentes: Si ninguna otra fuente de noticias informa de la misma historia, es posible que esta sea falsa. Si, en cambio, varias de las fuentes en las que confiamos informan sobre ella, es más probable que sea verídica.

Es importante resaltar que Francia ha propuesto recientemente un Proyecto de Ley relativo a la lucha contra las falsas informaciones, en respuesta a la existencia de campañas masivas de difusión de  falsas informaciones  destinadas a modificar el curso normal del proceso electoral a través de los servicios de comunicación en línea.

Sin embargo, algunas noticias son falsas de forma intencionada. Ya que a lo largo de la historia las falsas informaciones han coexistido en el tiempo, escritos apócrifos o acciones de  desinformación para mantener en la ignorancia y confusión a  los ciudadanos cuyo fin era beneficiar a motivaciones ideológicas, políticas y religiosas para preservar el status quo.

No obstante, como comunicadora mi compromiso es mantener siempre una actitud crítica al leer cualquier historia o noticia y compartir solo aquellas de las que tenga la certeza de su veracidad. Investigar bien los hechos antes de afirmar algo que no tenga sustento, para garantizar transparencia e información de calidad, con principios éticos.

Para finalizar, resulta imprescindible una reglamentación a escala mundial para que este tipo de delitos dejen de escapar a la acción de la justicia. Es necesario que se actúe con diligencia y se condene a los culpables.